Si estás pensando en ser cuidador o cuidadora de personas enfermas o dependientes, no te pierdas este artículo en el que te contamos todos los requisitos para serlo.
Es importante mencionar que este tipo de trabajo requiere de un autocuidado (aprender a cuidarse a uno mismo para evitar problemas como la ansiedad o el síndrome del cuidador quemado), aspecto en el que profundizaremos más adelante.

La dependencia personal es la incapacidad funcional en el desarrollo de actividades y, para su realización se requiere de ayuda externa.
En función del grado de dependencia, una persona dependiente necesitará mayor o menor asistencia para el desenvolvimiento de su vida cotidiana.
Es posible distinguir entre dos tipos de cuidadoras: formal e informal. Las principales diferencias que podemos encontrar son:
En muchas ocasiones, las que las familias de personas enfermas o dependientes requieren de los servicios de un profesional especializado/a en el cuidado de este tipo de pacientes.
El perfil de la cuidadora de personas dependientes es fundamental y, para ejercer de ello, existen varias posibilidades con respecto a la formación en atención sociosanitaria.
En función de la especialidad, es posible encontrar formación específica para algunas enfermedades como alzhéimer, ELA o la demencia.
Como futuro cuidador o cuidadora, puedes encontrar estudios relacionados con el cuidado de personas como, por ejemplo: técnico en atención a personas en situación de dependencia, técnico auxiliar de clínica, auxiliar de geriatría, de psiquiatría, enfermería, técnico en atención sociosanitaria....
Como se planteó en el punto anterior, para poder cuidar a una persona enferma o dependiente es necesario contar con la formación oportuna, es decir, tener una titulación oficial que valide que tienes la capacidad para brindar la atención y los cuidados pertinentes a las personas en situación de dependencia.
Existen casos en los que es posible ser cuidador o cuidadora de personas dependientes cumpliendo una serie de requisitos que pueden ser planteados por cada entidad sin la necesidad de contar con titulación oficial. Dichos requisitos podrían ser: más de 5 años de experiencia, contar con conocimientos básicos, aprobar una evaluación de competencias profesionales…Los requisitos podían variar en función de cada entidad, por lo que es importante informarte y buscar información para tu caso en concreto.
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Las principales funciones de un profesional del cuidado de personas dependientes son:
Claro, el cuidado y la supervisión, la ayuda con las necesidades básicas del día a día (higiene personal, ayuda a vestirse, alimentación, etc.), acompañar, supervisar y/o administrar la toma de medicamentos en caso necesario, apoyo y ayuda en la movilidad y acompañamientos a lugares que requieran de traslado y acompañamiento.
Ahora, si el profesional y los familiares han acordado previamente que se lleven a cabo tareas del hogar como limpieza por ejemplo, también es posible realizarlas, sin embargo, un cuidador o cuidadora de personas dependientes no es un profesional que haga tareas del hogar a menos que también sea y ejerza como tal.
Más allá de la formación y titulación, podríamos decir que para ser un buen cuidador o cuidadora de personas dependientes se han de tener ciertas habilidades, como por ejemplo:
A lo largo del artículo hemos hablado acerca de cómo ser un cuidador de personas con dependencia, sin embargo, en muchas ocasiones, se olvida recalcar la importancia que tiene que el mismo cuidador o cuidadora se cuide a sí mismo/a.
Cuidarse es necesario para aprender a gestionar el estrés, la ansiedad o una carga emocional que sobrepase al profesional.
El contar con la ayuda como la de un psicólogo/a o tener una guía, herramientas y consejos útiles para cuidadores es básico, ya que para poder cuidar de otra persona primero hay que cuidarse a sí mismo.
La Universitad de Barcelona elaboró un documento llamado Los cuidados a personas con dependencia, en el cual se plantean algunos consejos sobre el cuidado de la salud y bienestar del cuidador, así como la importancia de conocer el grado de dependencia de la persona, gestionar el estrés que supone este tipo de trabajo, entre otros aspectos muy interesantes.
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Es importante mencionar que este tipo de trabajo requiere de un autocuidado (aprender a cuidarse a uno mismo para evitar problemas como la ansiedad o el síndrome del cuidador quemado), aspecto en el que profundizaremos más adelante.
Índice

¿Cómo ser cuidador de personas dependientes?
La dependencia personal es la incapacidad funcional en el desarrollo de actividades y, para su realización se requiere de ayuda externa.
En función del grado de dependencia, una persona dependiente necesitará mayor o menor asistencia para el desenvolvimiento de su vida cotidiana.
Es posible distinguir entre dos tipos de cuidadoras: formal e informal. Las principales diferencias que podemos encontrar son:
- La cuidadora informal (no profesional) es quien ofrece asistencia y cuidados de manera no remunerada. Por ejemplo, las cuidadoras informales pueden brindar ayuda a personas mayores. Un familiar puede ser cuidador informal de su pariente (con o sin dependencia), ayudándole con su higiene personal, a realizar tareas del hogar, preparar comidas, etc.
- La cuidadora formal es una persona que cuenta con formación y titulación que avala que puede ejercer de cuidadora a cambio de una remuneración. Los cuidadores formales pueden trabajar para personas mayores, personas con dependencia o enfermas.
Formación para la futura cuidadora
En muchas ocasiones, las que las familias de personas enfermas o dependientes requieren de los servicios de un profesional especializado/a en el cuidado de este tipo de pacientes.
El perfil de la cuidadora de personas dependientes es fundamental y, para ejercer de ello, existen varias posibilidades con respecto a la formación en atención sociosanitaria.
En función de la especialidad, es posible encontrar formación específica para algunas enfermedades como alzhéimer, ELA o la demencia.
Como futuro cuidador o cuidadora, puedes encontrar estudios relacionados con el cuidado de personas como, por ejemplo: técnico en atención a personas en situación de dependencia, técnico auxiliar de clínica, auxiliar de geriatría, de psiquiatría, enfermería, técnico en atención sociosanitaria....
Requisitos
Como se planteó en el punto anterior, para poder cuidar a una persona enferma o dependiente es necesario contar con la formación oportuna, es decir, tener una titulación oficial que valide que tienes la capacidad para brindar la atención y los cuidados pertinentes a las personas en situación de dependencia.
Existen casos en los que es posible ser cuidador o cuidadora de personas dependientes cumpliendo una serie de requisitos que pueden ser planteados por cada entidad sin la necesidad de contar con titulación oficial. Dichos requisitos podrían ser: más de 5 años de experiencia, contar con conocimientos básicos, aprobar una evaluación de competencias profesionales…Los requisitos podían variar en función de cada entidad, por lo que es importante informarte y buscar información para tu caso en concreto.
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Tareas en el cuidado de personas enfermas o dependientes
Las principales funciones de un profesional del cuidado de personas dependientes son:
Claro, el cuidado y la supervisión, la ayuda con las necesidades básicas del día a día (higiene personal, ayuda a vestirse, alimentación, etc.), acompañar, supervisar y/o administrar la toma de medicamentos en caso necesario, apoyo y ayuda en la movilidad y acompañamientos a lugares que requieran de traslado y acompañamiento.
Ahora, si el profesional y los familiares han acordado previamente que se lleven a cabo tareas del hogar como limpieza por ejemplo, también es posible realizarlas, sin embargo, un cuidador o cuidadora de personas dependientes no es un profesional que haga tareas del hogar a menos que también sea y ejerza como tal.
Habilidades de un buen cuidador de personas dependientes
Más allá de la formación y titulación, podríamos decir que para ser un buen cuidador o cuidadora de personas dependientes se han de tener ciertas habilidades, como por ejemplo:
- Inteligencia emocional desarrollada: el o la profesional es capaz de gestionar sus emociones y las de la persona que cuida. También es muy empático/a.
- Paciencia.
- Flexibilidad.
- Iniciativa.
- Honestidad.
- Buenas habilidades comunicativas: esto aplica no solo a la hora de comunicarse con la persona dependiente y con sus familiares, sino también ser de escucha activa.
- Fortaleza.
- Implicación.
- Practica el autocuidado para evitar el síndrome del cuidador quemado.
Cuidados para el cuidador
A lo largo del artículo hemos hablado acerca de cómo ser un cuidador de personas con dependencia, sin embargo, en muchas ocasiones, se olvida recalcar la importancia que tiene que el mismo cuidador o cuidadora se cuide a sí mismo/a.
Cuidarse es necesario para aprender a gestionar el estrés, la ansiedad o una carga emocional que sobrepase al profesional.
El contar con la ayuda como la de un psicólogo/a o tener una guía, herramientas y consejos útiles para cuidadores es básico, ya que para poder cuidar de otra persona primero hay que cuidarse a sí mismo.
La Universitad de Barcelona elaboró un documento llamado Los cuidados a personas con dependencia, en el cual se plantean algunos consejos sobre el cuidado de la salud y bienestar del cuidador, así como la importancia de conocer el grado de dependencia de la persona, gestionar el estrés que supone este tipo de trabajo, entre otros aspectos muy interesantes.
Si finalmente te decantas por estudiar enfermería o algo relacionado y dedicarte al cuidado de personas dependientes o enfermas, por ejemplo, tal vez pueda interesarte saber cómo hacerse enfermero/a autónomo/a.
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