¿Qué se necesita para Ser Cuidadora de Personas Mayores?

Ser cuidador o cuidadora de personas mayores es una hermosa profesión, sin embargo, también puede resultar desafiante cuando no se cuenta con la formación apropiada, así como una serie de cualidades para trabajar de ello.

En este artículo te contamos todo lo que debes saber para convertirte en profesional del cuidado de ancianos.

Índice

Cómo ser cuidador de ancianos

Formación y titulación en el sector sociosanitario


En nuestro país existe la Formación de Cuidadores Primarios para Personas Adultas Mayores. No obstante, también es posible formarse según la especialización que se desee ejercer, como por ejemplo: ciclos formativos, licenciaturas y maestrías en gerontología, neurología, fisioterapia, educación social, entre otros.

Es muy importante contar con una formación para el cuidado de personas mayores, especialmente aquellas especializaciones que abordan enfermedades como Alzheimer, Parkinson o demencia senil.

Salidas laborales


En función de su especialización, un profesional en el cuidado de adultos mayores puede trabajar en diversos centros o directamente dedicarse al cuidado de ancianos a domicilio, por ejemplo.

Principalmente es posible destacar:

Cualidades para ser un buen cuidador o cuidadora de ancianos


Un buen cuidador sabe que la ayuda que le ofrecerá a la persona a cuidar no será incompatible con la autonomía y sentimiento de utilidad de la persona mayor.

A continuación detallamos las principales cualidades para ser un buen profesional en el cuidado de personas mayores.

Tener actitud positiva


Una persona que necesita de cuidados suele requerir de un profesional con actitud positiva a su lado, ya que, conforme va reduciéndose su movilidad o capacidad de realizar ciertas actividades, a muchas de estas personas les invade un sentimiento de inutilidad, soledad y/o tristeza.

Ahora, ¿qué es tener actitud positiva? Cuando hablamos de ser positivos nos referimos a la capacidad del ser humano para afrontar las adversidades de una manera distinta, viendo el lado bueno de las cosas y extrayendo oportunidades de ello.

Tener empatía y ser siempre profesional con los clientes


Es fundamental tener empatía para poder dedicarse al cuidado de las personas. Saber leer e interpretar las emociones ajenas para poder actuar en consecuencia es algo básico en esta profesión. La empatía es la capacidad que tiene el ser humano para ponerse en el lugar de los demás, detectando las emociones ajenas y comprendiendo los sentimientos y las reacciones que se producen de ello y, por supuesto, saber manejarlas.

Dejar de lado los escrúpulos


Hay algunas tareas que implican ciertos aspectos más personales como puede ser el cuidado de la higiene.

Un buen cuidador o cuidadora llevará a cabo este tipo de tareas (por ejemplo, ayudar a bañarse o vestirse) con la misma profesionalidad con la que lleva a cabo otras tareas.

Tener dotes comunicativas y ser muy observador


Contar con una gran capacidad de comunicación es importante para ser capaz de mantener conversaciones o tranquilizar a la persona en caso de ser necesario.

Además, será necesario utilizar un lenguaje comprensible y practicar la escucha activa.

Es imprescindible que el cuidador tenga una comunicación constante y fluida con la familia del paciente.

Por otro lado, siendo observadores, además de comunicativos, permitirá anticiparse a determinadas situaciones y tomar mejores decisiones.

Tener muchísima paciencia


Esta labor requiere de ser una persona muy paciente. Se darán situaciones delicadas en las que haya presión, junto a una buena comunicación y observación, la paciencia jugará un papel fundamental.

Ser pacientes otorga la capacidad de soportar y lidiar con contratiempos o dificultades, sin perder la calma, siendo prudentes y comprensivos.

Hay que tener en cuenta que existe la posibilidad de que la persona de la que vayas a cuidar reaccione de un modo inapropiado o tenga cambios en el comportamiento.

Ser amable, cercano y servicial


Cuando se trata de cuidar una persona, hay que saber que se va a establecer una relación basada en el respecto y la confianza y, como en cualquier relación, se requiere de la cercanía y la amabilidad. Además, hay que ser serviciales y estar atentos a cualquier demanda o problemática que pueda surgir para solventarla de la mejor manera posible sin que afecte a la seguridad de esta persona.

Inteligencia emocional: equilibrio de las emociones


Anteriormente hablábamos sobre la empatía, la cual está relacionada con la inteligencia emocional en lo que respecta a las emociones ajenas.

Tener la inteligencia emocional desarrollada nos permite tener estabilidad mental y capacidad de controlar y gestionar situaciones complejas sin ser impulsivo/a.

Autocuidarse


El autocuidado no solo se trata de mantener buenos hábitos de higiene y tener buen aspecto, sino que también se refiere al cuidado de uno mismo para evitar sufrir el síndrome del cuidador quemado, es decir, sufrir desgaste físico y psicológico que suele implicar este tipo de trabajo.

Esperamos que este artículo te haya ayudado a conocer los requisitos para dedicarte al cuidado de mayores.
En este artículo podrás encontrar algunos consejos sobre Conseguir Clientes como Cuidador de Personas Mayores.
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